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Hasta que le picaron la lengua a Rosa y Leonela se sale con la suya, pues logra que ella cancele su asistencia al cumpleaños de Linda y decida seguir a Ricardo a la supuesta cita que tiene con unos clientes.
Puños, aruñazos y mucho más en esta noche. El restaurante inglés será testigo del zafarrancho que Rosa armó cuando agarró a Ricardo con Leonela. Lulú también se gana sus buenos golpes.
No hay peor sordo que el no quiere oír y Ricardo tendrá que asumir que por su terquedad Rosa no quiere volver a verlo ni en pintura. Querrá ir a verla, pero no sin antes darle una buena insultada a Dulcina por entrometida y cizañera.
¡Palabras, palabras, palabras! Ricardo ya no halla cómo convencer a Rosa y pedirle perdón y la va a tener bien difícil, por no decir que imposible, por recuperar su amor, es que decir que su beso con Leonela fue algo sin importancia ya es un descaro.
Leonela es una loba vestida en piel de oveja y ahora quiere convencer a Ricardo haciéndole creer que buscará a Rosa para darle explicaciones. Pero mientras eso pasa, la ‘salvaje’ se atraviesa media ciudad para devolverle todas las cosas a su esposo.
