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Don Severiano se entera que su hija Cristina está enamorada de Diego, un peón. Cristina les confiesa a sus padres que espera un hijo de él. Federico, un hacendado del pueblo, sería el partido ideal. Severiano prende fuego a la casa de Diego.
Diego va a casa de Cristina a amenazar con denunciar a Severiano y jurar amor por Cristina. Severiano lleva a Cristina a vivir a Villa Hermosa para que tenga su hijo. Severiano le ofrece dinero a Raquela para que se lleve a la hija de Cristina.
Federico ve a Raquela con la bebé y ella le confiesa toda la verdad. Federico le promete a Cristina devolverle a su hija si ella acepta casarse con él. Raquela se topa con Diego. Severiano se pone grave y pide perdón a Cristina. Llega el día de la boda.
Don Severiano ha muerto y Federico lleva a Raquela a casa de Cristina. Diego regresa, llega a casa de Cristina y la encuentra con su hija. Al poco tiempo llega Federico y se pelean. Diego y Cristina planean escapar juntos pero Federico se ocupa de él.
Cristina se entera que Diego está muerto, a pesar del dolor enfrenta a Federico y le exige el divorcio. Federico se enoja con Raquela pero ella lo amenaza con decir que fue él quien mató a Diego. Federico provoca un accidente para matar a Cristina.
