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Don Ramón comienza a trabajar de vendedor de globos pero la idea no le agrada mucho cuando los niños se acercan a comprarle. El Chavo no puede comprar un globo por lo que decide tronarles los suyos a sus amigos.
El Chavo pasa unas noches muy difíciles y decide dormir en el día. La gente de la vecindad se preocupa al ver que el Chavo se la pasa delirando por su falta de sueño.
Ñoño y el Chavo se molestan con Doña Florinda porque no los atiende bien en su fonda. Benito el cartero le reclama a Doña Florinda cuando encuentra una mosca en su café.
Doña Florinda se molesta con Doña Clotilde al ver que su perro Satanás se ha metido a casa a destruir sus muebles. Don Ramón lastima a Satanás haciendo pensar a Doña Clotilde que Doña Florinda lo mató.
El señor Barriga le pide a Don Ramón lo ayude a enyesar las paredes de la vecindad. El Chavo y Quico piensan que el yeso es leche de burra y no dudan en tomárselo.
