Crímenes reales
No solo los detectives y los médicos forenses son expertos para solucionar un crimen, los escritores saben lo mismo que ellos y mediante su narración en primera persona podemos imaginar el asesinato más siniestro.
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Una sesión fotográfica pudo acabar en un asesinato mortal en Los Ángeles, la policía comienza la búsqueda de un asesino serial apunto de cometer un terrible crimen y un doble asesinato pone al mundo en alerta.
Incluso si el culpable ha escapado o cree estar seguro de haber borrado toda evidencia, aún puede haber una pequeña mancha o pocos miligramos de alguna pista, justo lo necesario para solucionar el misterio.
La tecnología es una gran aliada a la hora de desenmascarar un crimen, las llamadas, cuentas bancarias o mensajes pueden ser monitoreados sin que los culpables se den cuenta de que son observados.
Los asesinos pueden encubrir los crímenes de forma impresionante, hacerlos ver como una muerte accidental o culpar a alguien más para luego huir rápidamente sin dejar rastro, pero siempre hay algo oculto.
Un asesino en serie que ataca de noche a sus víctimas elude a la policía por meses en Los Ángeles, lo cual ocasiona terror en la ciudad, por si fuera poco, el homicida deja muy pocos rastros para identificarlo.