Diario de un médico forense
Dos casos de delitos sorprendentes en el diario de un médico forense. Los asesinos esconden a sus víctimas y los detectives deben confiar en los forenses para descubrir las pruebas del asesinato.
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Para algunos criminales, el asesinato puede convertirse en un negocio. La escena del crimen y las pistas pueden ser preguntas desconcertantes. Los detectives deben buscar más de lo obvio para capturar a un asesino con sueldo.
Cuando los oficiales sospechan de un asesinato ocasionado por un veneno imposible de rastrear, pasarán algunos años para que la tecnología pueda comprobarlo. Tendrán que recurrir a los toxicólogos forenses y capturar al culpable.
A veces es evidente quién es el sospechoso en un homicidio, pero las pistas son difíciles de hallar. Cuando la víctima no tiene testigos, los detectives deben de armar el rompecabezas y desentrañar la verdad.
La familia, amigos o vecinos pueden ser los primeros sospechosos cuando hay accidentes trágicos o si una muerte ha sido accidental. Es el trabajo de los detectives revelar las razones de la traición.
Un asesino que planea bien un homicidio puede desconcertar a los investigadores mejor entrenados, pero cuando hay sustancias en la escena que revelan pistas ocultas éstas se convierten en elementos clave para revelar la verdad.