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Marlene Paez, una hermosa y gentil mujer, acude a terapia para superar la tragedia de la muerte de su madre que presenció siendo muy niña. Santiago Porras, el amor de la infancia de Marlene, asegura que hace mucho tiempo que la olvidó.
Marlene y Santiago se encuentran en la carretera. Marlene se entera de la extracción de petróleo en su antigua casa cuando visita el lugar con Catalina. Las lágrimas de Marlene en el funeral de Dolores ponen fin a la sequía.
Marlene intenta averiguar más sobre la vida de Santiago y cuestiona a Catalina al respecto. Los habitantes del Topochal siguen comentando asombrados el milagro de la lluvia por las lágrimas de Marlene.
Marlene sufre cuando se entera de que Santiago se ordenó como sacerdote. Ramiro persigue a Salomé y le recuerda la noche que pasaron juntos. Marlene y Catalina charlan sobre la noche que ella pasó con Santiago.
Marlene y Santiago tienen un encuentro incómodo. Catalina le asegura a Marlene que Santiago tuvo motivos de fuerza mayor para volverse sacerdote. Solvencia le pide a Ricardo que ayude a Marlene a recuperar las tierras de su familia.
