El último asalto

Durante un operativo de vigilancia, Aitor decide actuar por su cuenta e ir detrás del sospechoso, un hombre negro. Cuando Aitor le intercepta, en vez de seguir los procedimientos legales, cae en el juego del agresor.

A don Lorenzo cada vez le funciona peor la memoria y no se percata de ello. El ministerio le llama a Don Lorenzo para proponerle que negocie con ETA, Paco interviene tratando de evitar que su suegro pueda meterse en un lío gordo.

Don Lorenzo está consciente de tener problemas con su memoria, por ello, le pide a Povedilla que sea su lazarillo; es decir, su banco de memoria.

Paco y Mariano continúan investigando a Gayarre, quien es el jefe de un cártel del narco mexicano. Cuando consiguen hacerse de un gallo para la pelea ilegal que organiza Gayarre, Mariano droga al animal para hacerlo más fuerte.

Mariano quiere descubrir dónde se encuentra el tumor de Don Lorenzo y convence a Paco para narcotizar a su suegro. La idea es llevarlo al hospital sin que se entere, y para ello, deben hacerse pasar por médicos.