Ni la muerte lo salvó de seguir escuchando los pecados de Marilú
Marilú siente tanta culpa por haber mandado "a cremar" a Don Anselmo que ya no sabe qué hacer con ella, así que se confiesa con el Padre Tomasito. La ventaja de esto es que el Padre ya está con el Señor, por lo que sus peticiones llegarán directamente
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